“El instinto más grande de los niños es precisamente liberarse del adulto” (1870-1952) decía María Montessori y a lo largo de esta práctica lo he confirmado, estos niños al encontramos y conocernos cada vez más, se han podido dar cuenta cómo este es un espacio diferente, uno en el que se les permite soñar, ser creativos, pensar, preguntar, cambiar, hablar, decir, refutar y ser partícipes de su aprendizaje mediado desde sus gustos, capacidades, habilidades, destrezas y sus inquietudes y desde ahí nosotros como docentes nos convertimos en acompañantes y facilitadores de ese aprendizaje mediado de sus intereses.
Así mismo se evidencia la incidencia de su cultura, costumbres y tradiciones t como eso incide en su forma de pensar, hablar, actuar y por consiguiente las consecuencia que puede tener y ver formas diferentes de actuar y hacer las cosas, dándoles así opciones y posibilidades donde no todo es blanco y negro, curo y blando, ya que el mundo real no es un mundo de dualidades en el que siempre vas a tener 2 opciones exactas, sino que muchas veces encontrarás que hay más de dos y a veces para eso necesitas saber más que eso que te presentan y en eso consisten los clubs, en mostrarles a los pequeños como el mundo puede ser muy grande y diferente a lo que creemos. De esta manera nuestros 12 niños (que a veces bien menos, a veces solo 2, unos días 5 y así) son totalmente diferentes cada uno de ellos.
Digamos Jean Poll y Talía fueron de los primeros que llegaron, ellos 2 son hermanos (si no estoy mal Talía es la mayor) y como hermanos pelean, además de que son totalmente diferentes, digamos Jean Poll es totalmente activo, le encantan los deportes, jugar, correr, saltar, competir y es algo consentido y su hermana (Talía) es más calmada, vanidosas, callada, participativa (después de que nos conoció mejor), la más grande es Luz, ella es la hija del señor Orlando (el catequista) ella es super colaboradora, es muy amable, tierna, siempre nos está ayudando y cuida de todos (más que todo los más pequeños), le encanta dibujar anime ella a veces va, depende de las otras actividades que tiene. Nicol también fue de las que estuvo desde el principio, ella también ha cambiado mucho, ya que antes era más callada, reservada, y tímida, pero con el paso del tiempo vio que estaba en un espacio seguro, en el que podía hablar y expresarse.
Después de unos días llegaron más niños entre ellos Melanie, ella es como una muñequita (ya que es más pequeña) y vive en un mundo de hadas, le encantan los cuentos, las historias, jugar. Con ella pasaba más tiempo, ya que al ser la más pequeña era la más activa y la que quería a ver más cosas. Shadday es una niña maravillosa es muy segura de sí misma, es muy participativa, le encantan los idiomas y viajar, siempre nos cuenta cosas nuevas y cómo a los demás le encanta el futbol.
Breiner es muy callado y gusta muchas cosas que no cuenta, le gusta dibujas mas no colorear, le gustan las manualidades, leer y le moleta muchísimo que le cojan las cosas sin permiso, le cuesta integrarse y siempre se va, toca tener siempre algo que a él le llame la atención. Ángel es más callado, pero se la pasa jugando y hace todo con juan pablo y Santiago (cuando van los 3) les gustan los deportes, la actividad física y los materiales nuevos y Gerard es otro chiquito (creo que tiene la misma edad que Melanie) y le encanta el arte y las ciencias.
Cada uno de ellos es diferente, es un mundo distinto
y con muchísimas cualidades, habilidades y destrezas por explorar y por ello no
podría escoger a uno, ya que puede ser que Melanie sea más tierna y jugara con
ella, pero también me gusta escuchar las aventuras de Lean Poll y leer con
Breiner, con cada uno pasaron cosas divertidas en las que puedo decir que aprendía
más yo de ellos que ellos de mí.
Me alegra que sientas al final que con los niños pasaron cosas divertidas en las que puedes decir que aprendiste más tú de ellos que ellos de ti, pues al final del día queremos en esta practica romper esa dicotomía Maestro explicador/estudiante ignorante; en ultima instancia creo que debemos seguir apuntándole a alcanzar esa horizontalidad de aprendizaje que empiezas a vislumbrar, donde el niño también le enseñe un montón a los adultos acompañantes tanto de su vida personal como también de sus interpretaciones particulares sobre aquello que como adultos les traemos.
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