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Crónica 1 - Tick... Tick... Tick...

El pasillo con su silencio opacaba todo el ruido que se encontraba uno al salir del edificio, pero es justo cuando cruzo el umbral del salón que comienza a sonar el clásico sonido de los segunderos de un reloj, un intenso tic, tic, tic…, una manera de proyectar la duda y nervios que se tiene en el momento, en el lugar, en la situación actual.

Claro, que el haber escuchado sobre algunas cosas que habían realizado algunas compañeras el semestre pasado pudo haber generado algunas ideas, algunas preguntas y bastantes cosas en que pensar sobre cuál sería el sitio de practica que nos asignarían, ¿En qué parte de Bogotá quedaría?, ¿Con que otras personas trabajaríamos?, ¿Cómo sería esto y como seria aquello?, lo que no hacía más que resaltar el incesante sonido del tic... tic... tic.

Pero, de todas las dudas que pudieron haber surgido – y que posiblemente no recuerde ni la mitad de las mismas – llegue al tema de la importancia en la flexibilidad en lo que se proponga – pero no en exceso – y la acción rápida que debe tener una persona al enfrentarse a retos que no había considerado, ¿Cómo tener opción a, b y c en la cabeza sin tener que detallarla con palabras en un formato?, ¿Cómo redireccionar algo que no esta fluyendo de la manera que se esperaba? Y, pude haber seguido matándome la cabeza con pregunta tras pregunta si la información no hubiese comenzado a llegar poco a poco.

Cuando se comenzó el recorrido sobre qué es la práctica social y los objetivos que se plantea traté de centrarme y comprender cuál era la propuesta, cuáles son los aprendizajes a los que le apunta este espacio, pero enseguida se tocó el tema de los lugares y proyectos que habían ejecutado compañeras en semestres anteriores, mi atención se redirecciono, como una entidad viva, a los procesos que habían realizado llegando a pensar en el instructivo que diseñaron para la fundación de Macondo Libre, y divagando acerca del trabajo en grupo.

Posiblemente lo que se sintió como cinco minutos haya sido media hora, pero daba vueltas y vueltas el hecho de la importancia que tendrá el trabajo en equipo para cada uno de los que habitemos en estos espacios, porque para llevar a cabo un proyecto, quizá no muy grande, pero si significativo se necesita tener de diferentes perspectivas, varias alternativas y posibilidades, pero más que todo, personas con las que se pueda hablar de cosas serias sin sonar demasiado serios, aspiraciones e ideas que se tengan que se vayan escuchando y balanceando para crear algo, no tuyo, ni mío, sino de todos.

Pude haber seguido allí pensando en posibilidades, hasta que de un golpe volví a la realidad cuando se presentó, para sorpresa – espero de todos –, el Banco de Alimentos como el sitio central sobre el cual se articulará la práctica social.

No voy a negarles nada, al escuchar eso la perplejidad se pudo haber cortado con un cuchillo, modo tieso se queda corto y, las dudas, opacadas brevemente por la sorpresa, no se hicieron esperar, ¿Cómo afrontaría esto?, ¿Cuál sería la relación que estableceríamos con el banco de alimentos y la educación infantil?, ¿Aprenderíamos y haríamos tablas nutricionales para los niños y niñas?, ¿más consciencia acerca del balance que deben tener nuestras comidas?

Pero, sobre todo, el grado de dificultad al que puedo enfrentarme con esta vacilación, con el aún no saber el sitio central o los horarios, la preocupación latente sobre el que pasará el jueves cuando nos den más información, ¿Qué deberíamos saber ya o nos dejamos llevar? El apuro respecto a la impaciencia a no saber y llegar al nuevo contexto de manera tan aleatoria, preguntándome ¿Qué tan rápido tenían que formarse y establecerse los lazos de confianza para que esto pudiese funcionar?, pero más allá, ¿Cómo preparar las habilidades que permitiesen la lectura del contexto de un modo profundo? Centralmente… ¿Cómo afilar la mirada y agudizar los sentidos?

Finalmente, la expectativa que tenía inicialmente sobre conocer nuevos contextos e integrarme en ellos dio un giro bastante grande con la propuesta de practica brindada, pero también veo con optimismo todo aquello que esta nueva experiencia pueda dejarme para la vida, que espacios encontraré en el recorrido y de que maneras serán o podrán ser habitados, que terminaremos realizando y como será ese proceso. Si bien, el miedo sobre crear un proyecto, un producto y llevarlo a cabo esta presente, lo veo como una buena señal, como un periodo en el que se agudizarán algunos sentidos y habilidades para habitar lo desconocido e ir generando reflexiones sobre lo que se vea o haga.

   - Ana.G -


Comentarios

  1. Es super importante como remarcas el trabajo en equipo, será clave en esta práctica, pero sin duda es uno de los mayores aprendizajes para tu vida profesional

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  2. Me alegra ser tu compañero de trabajo en esta practica, sobre todo al ver tu interés de que tengamos diferentes perspectivas, varias alternativas y aspiraciones e ideas que se que se vayan escuchando y balanceando para crear algo entre todos.

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