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Crónica II: Entrada a campo y la relación de los niños con la filosofía.

 

Afortunadamente hemos coordinado bien, como grupo, el llegar siempre juntos al barrio Bella flor. Y fuera de que casi siempre alguien de la parroquia nos acompaña cuando nos desplazamos allí, el desplazarnos con los niños y el que usemos siempre la misma ropa como que hace que los traficantes y consumidores de drogas nos reconozcan (pues al menos cuando me ha tocado cruzarme con ellos, yo estando solo o con mis compañeros de práctica, no me han hecho nada). En nuestra entrada a campo, nuestra primera preocupación fue que solo nos llegara un niño los martes y jueves. Afortunadamente, tres semanas después, de los 9 niños que han asistido los sábados, 4 se han animado a participar tanto martes como jueves en nuestros talleres; aun así me pregunto si yo y mi grupo podríamos hacer algo más para animar a que más niños (que incluso no hayan ido ningún sábado) vayan.

Me parece que con mi grupo al poder identificar los intereses deportivos, artísticos y literarios de los niños, pudo ingeniarse una organización de clubes que fomentaran dichos intereses que ellos nos manifestaron: sobre todo por el dibujo, el futbol y los cuentos. Y de este modo, logramos generar un espacio formativo que no pareciera de clases particulares y de refuerzo de tareas. Por esto, creemos que los niños hasta esta 4° semana que han estado con nosotros, han podido disfrutar y engancharse con nuestros talleres lúdico-formativos que les traemos.

Al principio pensaba que la filosofía iba a ser algo inútil y aburrido para los niños de esa edad en ese contexto; pero al enterarme que ellos contaban con demasiado tiempo libre y que los que iban a nuestros talleres lúdico-formativos no se conocían ni se hablaban en absoluto, ví que podría ser muy valioso el empezar con ellos a explorar a través de cuentos filosóficos una ética comunitarista que les fomentara lazos de amistad y respeto (de tal modo que entre ellos siga habiendo una comunidad de investigadores, artistas y/o deportistas que se reúnan y se apoyen más allá de los días en que los acompañemos con nuestros talleres lúdico-formativos). Por lo anterior, ví que sí podía ser útil para esos niños el enseñarles filosofía a través de la investigación ética con cuentos filosóficos sobre valores presentes en la amistad virtuosa (tales como el respeto, la compasión, la paciencia, la autenticidad, la lealtad y la valentía). También creo que es pertinente el abordar temas éticos relacionados a la amistad, ya que en esa edad de entre 8 y 12 años en que están nuestros niños de la práctica, usualmente las principales preocupaciones son el colegio, la familia y los amigos; y algo que también me convence que es pertinente este tema, es que los niños me han expresado que es usual que hayan demasiados celos entre ellos y sus amigos y también que es usual burlarse de los demás en el colegio si todos lo hacen. De tal modo que pienso que, si queremos generar un ambiente compasivo y respetuoso entre los niños de nuestros talleres, debemos brindarles herramientas conceptuales para que ellos mismo analicen y cuestionen el comportamiento suyo y de los demás niños al relacionarse socialmente entre sí. Y una última razón podría ser que si bien la mayoría de ellos ya tienen cierta educación moral en su catequesis de los sábados, allí abordan una moral con poca aplicación práctica a su realidad cotidiana de niños; pues si bien los niños me contaban que veían los 10 mandamientos, también me contaban que no indagaban mucho en cómo aplicarlos (pues se centraban más en conocer doctrinas católicas como la creación del génesis, los libros de la Biblia y los personajes de esta, los dones del espíritu santo, etc…).

Afortunadamente encontré, sobre esos valores de la amistad, buenos cuentos cortos que poseen el enfoque de Filosofía para niños (de tal modo que la formación ética no daré no será moralizante ni adoctrinadora), y al ser cuentos cortos podremos abarcarlos en un solo día; de tal modo que es más efectivo al no tener que dejar lecturas de tarea y tener que retomar contenido de lecturas que hicimos sesiones pasadas. La mayoría de estos están en el libro “El miedo es para los valientes y otros cuentos” del filósofo colombiano Diego Antonio Pineda Rivera, el cual es un libro dirigido para niños de entre 7 a 9 años. Un eje transversal que podría estar en todos los clubes, incluido mis sesiones de club de filosofía, es que pienso hacer en algunas sesionesde  actividades lúdicas relacionadas con las artes como la papiroflexia o el dibujo (pero de un modo en que estas permitan fortalecer la memorización e interiorización de lo reflexionado grupalmente con el cuento filosófico).

Sin embargo, algunos retos que tuve en mi primera sesión con mi primer cuento que les leí, fue que hubo niños que se iban de un momento a otro al patio a jugar. No los regañaba ni traía de vuelta al salón, porque temía que la mitad de los 6 niños que estaba escuchando el cuento perdieran el hilo de la narrativa (y que por ende tuviéramos que volverlo a iniciar, así ya estuviéramos en la mitad. Incluso eso podría haberles causado aburrimiento). Por ello, pienso que de esto quizás podemos aprender que es indispensable que mis compañeras practicantes no solo me ayuden narrando el cuento conmigo, sino que también me ayuden estando en la puerta impidiendo que los niños se salgan del salón a jugar en el patio; comprendo que mi otra compañera en ese momento estaba atendiendo algo importante con un niño que llegó muy triste, pero quizás por eso mismo hubiera sido mejor que ella después de esta actividad  hablara con él o que esperáramos a que ella hablara con él, para ahí sí luego empezar a contar el cuento de esta actividad. 

Alejandro Gómez Moreno

Comentarios

  1. Muy interesnte cómo estas logrando llevar a lo concreto la filosofía, me queda la pregunta ¿Cómo conciliar el juego y la lectura de los cuentos???

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